Este es el método recomendado para el discernimiento
En horas de la mañana del 19 de
junio, tuvo lugar en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, la presentación del
“Instrumentum laboris” de la XV
Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, cuyo tema es “Los jóvenes,
la fe y el discernimiento vocacional”.
Entre los que intervinieron en la presentación,
se encuentra el cardenal Lorenzo Baldisseri, Secretario General del Sínodo de
los Obispos, quien ha explicado que este documento está redactado según el “método
del discernimiento”, porque, sustancialmente, “el Sínodo es un ejercicio de
discernimiento, cuyo proceso se realiza dando los mismos pasos que ayudan a
todos los jóvenes a arrojar luz sobre su vocación”.
El cardenal Baldisseri menciona que
este proceso ya fue mencionado por el Papa Francisco en su documento Evangelii Gaudium, No. 51, donde lo presenta
con tres verbos: reconocer, interpretar, elegir. “Por esta razón el texto se
divide en tres partes, cada una refiriéndose a uno de los tres verbos”, explica
el purpurado.
En Eudistas Minuto de Dios les
ofrecemos el texto completo de la intervención del Secretario General del Sínodo con los “tres verbos” que constituyen el método
recomendado para discernir:
El primer paso del discernimiento
está marcado por el verbo reconocer.
Inmediatamente viene a la mente el relato de Emaús, donde se dice que "se les abrieron los ojos y lo
reconocieron " (Lc 24,31). Por lo tanto, es evidente que
"reconocer" no es un ver genérico o un simple escuchar, sino que dice
mucho más: se trata de dejarse habitar por la gracia para tener la mirada del
discípulo, una comprensión de la realidad que es capaz de ver con el corazón,
la inteligencia que surge de las entrañas de misericordia que moran en cada uno
de nosotros. "Reconocer" significa participar de la mirada de Dios
sobre la realidad, observando la forma en que Dios nos habla a través de ella.
El segundo pasaje se centra en el
verbo interpretar. La realidad es
más importante que la idea, pero las ideas se vuelven necesarias cuando se
reconocen las llamadas que provienen de la realidad. Se necesita un marco de
referencia para interpretar la realidad; de lo contrario, se es presa de la
superficialidad. Es necesario profundizar, hacia un nivel bíblico y
antropológico, teológico y eclesiológico, pedagógico y espiritual. Las buenas
ideas iluminan, aclaran, desatan nudos, ayudan a desenredar la madeja, a vencer
la confusión y resolver la fragmentación, acompañando hacia una visión integral
y sinfónica.
El tercer momento se concentra en la
necesidad de elegir. Después de
reconocer e interpretar, la fase más delicada e importante es tomar decisiones
valientes y previsoras a la luz del camino recorrido. El discernimiento corre
demasiadas veces el peligro de encallarse en el análisis interminable de muchas
interpretaciones diferentes, que no llegan a buen término, es decir, a las
decisiones concretas, proféticas y prácticas. Por eso es importante completar
el camino a través de opciones compartidas que nos ayudan en nuestro recorrido
de conversión pastoral y misionera.
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