¿Qué dijo san Juan Eudes sobre los luteranos?
Por estos
días el papa Francisco se encuentra en Suecia para participar de varios
encuentros por los quinientos años de la Reforma Protestante. En la Declaración
conjunta con ocasión de la Conmemoración Católico – Luterana de la Reforma,
firmada en Lund el 31 de octubre de 2016 se dice:
“Aunque
estamos agradecidos profundamente por los dones espirituales y teológicos
recibidos a través de la Reforma, también reconocemos y lamentamos ante Cristo
que Luteranos y Católicos hayamos dañado la unidad vivible de la Iglesia. Las
diferencias teológicas estuvieron acompañadas por el prejuicio y por los
conflictos, y la religión fue instrumentalizada con fines políticos. Nuestra fe
común en Jesucristo y nuestro bautismo nos pide una conversión permanente, para
que dejemos atrás los desacuerdos históricos y los conflictos que obstruyen el
ministerio de la reconciliación. Aunque el pasado no puede ser cambiado, lo que
se recuerda y cómo se recuerda, puede ser trasformado. Rezamos por la curación
de nuestras heridas y de la memoria, que nublan nuestra visión recíproca.
Rechazamos de manera enérgica todo odio y violencia, pasada y presente,
especialmente la cometida en nombre de la religión. Hoy, escuchamos el
mandamiento de Dios de dejar de lado cualquier conflicto. Reconocemos que somos
liberados por gracia para caminar hacia la comunión, a la que Dios nos llama
constantemente.”
De esta
manera, se puede deducir los pasos importantes que los católicos y luteranos
han dado en la solución de las diferencias para encontrar, más bien, los
elementos que los unen.
San Juan
Eudes: ¡Compasión, dulzura y caridad!
Si bien
estamos ante un santo de la Francia del Siglo XVII, es decir, de un período
mucho más cercano a la vivencia y al impacto de tales acontecimientos, san Juan
Eudes puede ofrecer alguna palabra para las relaciones de hoy entre las dos
Iglesias. En su contexto, como en muchos casos actuales, los protestantes o
hugonotes, controvertían con los católicos sobre temas fundamentales de la fe.
Frente a ello, el sacerdote francés lanzó una frase que aún hoy puede ser
válida en nuestros deseos de ecumenismo:
"Cuando
haya necesidad de hablar de estos temas (de controversia), hay que hacerlo sin
asomos de disputa, y tratar a los hugonotes con gran compasión, dulzura y
caridad, y nunca con indignación" (O.C. IV 53)
En esta
cita, el santo invita a no esquivar el diálogo sobre temas controversiales,
pero deja un punto muy claro que hoy parecen haber olvidado muchos de los que
se matriculan en una de las dos escuelas: hacerlo sin asomos de disputa. Esta
realidad se hace necesaria en el mundo actual, tantas veces amenazado por las
disputas políticas, sociales y, por supuesto, religiosas.
La
compasión, la dulzura y la caridad, elementos fundamentales para tal diálogo se
hacen también necesarios hoy, pues un acercamiento que no tenga como referentes
estos presupuestos, puede llevar a nuevas divisiones y excesos que no favorecen
la unidad en Cristo. Sobre todo, el énfasis en la caridad, se hizo visible en
las palabras de Francisco en el acto ecuménico celebrado en la catedral
luterana de Lund:
«Permaneced
en mí, y yo en vosotros» (Jn 15,4). Estas palabras, pronunciadas por Jesús en
el contexto de la Última Cena, nos permiten asomarnos al corazón de Cristo poco
antes de su entrega definitiva en la cruz. Podemos sentir sus latidos de amor
por nosotros y su deseo de unidad para todos los que creen en él. Nos dice que
él es la vid verdadera y nosotros los sarmientos; y que, como él está unido al
Padre, así nosotros debemos estar unidos a él, si queremos dar fruto.
El amor,
presupuesto de la unidad, expresado por Juan Eudes y ahora por el papa Francisco
logrará un acercamiento valiosísimo entre católicos y luteranos que no ponga en
peligro la identidad de cada Iglesia.
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